Hacía tiempo que no veía en el cine una película tan espectacular, no por que incluya explosiones, tiros o sonido atronador sino por la maravilla de su dirección: cada escena es pensada concienzudamente. El director coloca la cámara, coloca a los personajes y después nos sumerge en el movimiento de ambos (siempre con steady cam), dando la impresión de buscar siempre el mejor encuadre. A través de los famosos planos secuencias los personajes entran y salen y destacan o se desfiguran de la historia. Todo esto apoyado por una inmensa fotografía, una banda sonora muy adecuada y un vestuario espectacular.
La duración del film (4 horas y media) no debe ser un hándicap para disfrutar de esta auténtica obra maestra. Y además uno se ve siempre enredado en esa historia decimonónica, de secretos que se van confesando poco a poco y de relaciones entrecruzadas. Dudo mucho que haya otra peli este 2011 mejor que esta.
Querido autor del blog, tengo una duda con respecto a esta película: si está uno un poco cansado, es mejor no ir a verla, ¿verdad?
ResponderEliminarHola, gracias por el comentario.
ResponderEliminarLa verdad es que no cansa; se exhibe (o se ha exhibido) con un descanso de 10 minutos. Incluso en la SALA BERLANGA te daban la posibilidad de volver a ver la segunda parte (pues la película está dividida así) otro día.
Y además es digital: se ve y se leen los subtítulos estupendamente...