Gran Premio del Jurado en Cannes 2010 y la más nominada a los César.
El director nos muestra de una forma casi documental la vida de unos monjes en un remoto monasterio de Argelia y su relación con el entorno: la agricultura, la medicina, la cultura inmersa en la que viven, lo humano y lo divino. Todo se viene abajo por el extremismo radical pero...¿quién es más radical si los fieles de una y otra religión están dispuestos a morir por ella? ¿Hasta donde llega nuestra fe cuando vemos nuestra integridad amenzada? ¿Y hasta donde llega nuestra espiritualidad, nuestro humanismo?
Una película muy interesante, pausada, a la que le sobran minutos de ritos católicos y con un plantel de actores impresionante. De lo mejor visto hasta ahora en 2011.
¿Ritos católicos? Vade retro, satanás!
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